Si en su paso por las anteriores bienales Rosario La Tremendita ya nos sorprendió por su evolución, demostrando no sólo una personalidad propia dentro del cante sino un profundo conocimiento de la raíz, una versatilidad inusual y un interesante discurso musical y estético, en Tremenda asistimos a su consagración artística. Primero porque aquí la trianera inicia una nueva etapa -ya imparable- en la que marca el compás del flamenco del siglo XXI con una seguridad ganada a pulso. Y luego porque en este espectáculo se resume su corpus artístico. La esencia de lo que es, lo que siente y lo que quiere transmitir. ¡Gloria, caramba!.
Este es el comienzo del artículo escrito por Sara Arguijo para Deflamenco.
Os dejamos el enlace para que podáis leerlo en su totalidad.